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Comunas: una mirada con historia y futuro. Por Luis Cúneo – Miembro de la Junta Comuna Nro. 15

16.09.2014 07:27 |  Noticias DiaxDia  | 

(La Fábrica Porteña) Mucho se ha escrito sobre la democracia argentina ylos cambios que en ella se han operado desde su retorno en el año 83.Atrás quedó la etapa de los grandes partidos nacionales, de los modelos derepresentación vinculados casi exclusivamente con ellos. La crisis delalfonsinismo, la frustración de la primavera democrática y la salidaanticipada del gobierno radical terminaron con una visión ingenua yoptimista del proceso democrático.

Desde esos días, la palabra “crisis” siempre estuvo asociada a lopartidario, a la legitimidad política y, en última instancia, al escenariode lo público como terreno de disputa. Como si fuera un movimiento depinza, los indultos menemistas y la vorágine comunicacional socavaron los
últimos cimientos de ese modelo de representatividad política, provocandouna implosión sobre las estructuras militantes, tanto partidarias,gremiales como sociales.

La Ciudad de Buenos Aires fue testigo privilegiado de esta nueva realidad.En ella nació la fuerza que forzaría a reconocer por primera vez el findel bipartidismo. El Frente Grande y más tarde el Frepaso, catalizador dela más grande diáspora política argentina, fueron los autoresintelectuales de la Constitución de la Ciudad, en su tiempo, consideradala más avanzada y progresista del país.

En ese texto fundacional, se deja ver claramente la intensión de generarun marco institucional que dé cuenta de los nuevos paradigmas deconstrucción de representatividad y legitimidad política. Si la democraciaestaba en crisis, los partidos lo estaban también; la apuesta fue crearinstrumentos que reconstruyeran las intermediaciones políticas.

Las Comunas fueron una apuesta fuerte de esa Carta Magna. Haberles dadorango constitucional fue la única garantía de que hoy existan, en unestado prenatal, pero con posibilidades de ser: con años de retraso, laciudad de Buenos Aires finalmente terminó de poner en funcionamiento su
último eslabón institucional.

La descentralización de funciones gubernamentales es un proceso hartoconocido y practicado en ciudades de este y otros países. Esta propiaCiudad comenzó hace mucho su desconcentración administrativa. Lo novedosode este modelo comunal no fue eso, sino que simultáneamente se lo proponíacomo una descentralización política y administrativa con competenciaterritorial. Las Comunas, con limitaciones que las alejaban de unmunicipio bonaerense pero con suficiente autonomía para estimular unanueva generación de dirigentes, incomodaron desde un principio a toda laclase política porteña.

Hoy tenemos comuneros o miembros de las juntas comunales electos pero noen funciones. El proceso está siendo boicoteado sistemáticamente por elmacrismo. En el área encargada del proceso de descentralización, colocarona un oscuro funcionario sin atributos ni solvencia en la materia. Unproceso de estas características, en una ciudad con las complejidades deBuenos Aires, es un desafío que requiere conocimiento técnicos,experiencia de gestión y muñeca política. Todos estos son elementosdesconocidos en la Secretaría de Gestión Comunal y Atención Ciudadana.

La Ley Orgánica de Comunas, Nº 1.777, es un texto seguramente mejorablepero de un indudable valor, ya que es una guía precisa de las misiones yfunciones, responsabilidades y límites de las Comunas. Establece pautasconcretas y caracteriza con claridad todos los resortes de este nuevoestamento estatal. La Constitución y esta ley le dan a este proceso uno delos datos más llamativos y novedosos: ponen en cabeza de un órganocolegiado (las juntas comunales) funciones ejecutivas. Esto implica laconstrucción de niveles de consenso político para lograr mayorías,seguramente, tema de interés para el Dr. Zaffaroni.

En la actualidad, tres fuerzas políticas están representadas en las 15comunas. En primer lugar el PRO; el Frente para la Victoria y, por último,lo que fue alguna vez se llamó Proyecto Sur. Sin embargo, las realidadesson distintas en cada una de ellas. Por ejemplo, la Recoleta (Comuna 2)consagró a 5 comuneros del PRO, 1 del FpV y otro ex Proyecto Sur. En laComuna 15, el electorado fue mucho más equilibrado: 3 del PRO, FpV y 1 deex Proyecto Sur.

En poco tiempo llegaremos al tercer aniversario de la puesta enfuncionamiento de las juntas comunales. El Gobierno de la Ciudad, violandoun sinfín de normas, como la Ley 70 (de Gestión y AdministraciónFinanciera) impide que las Juntas Comunales puedan hacer uso delpresupuesto; dejándolas en una situación de semi clandestinidad, lagestión PRO se ha negado a transferir los recursos que les corresponden.Sin ir más lejos, el área encargada de la descentralización, en lugar deceder funciones, las concentra, creciendo exponencialmente en presupuesto,personal y responsabilidades. Hace pocos días, el Sr. Macchiavelli,secretario del área, declaró a un medio barrial: “mucha gente no asume quelas comunas son parte del Ejecutivo”. Alguien, rememorando a Bill Clinton,contestó: “no es la gente; es la Constitución, estúpido”.

Las comunas son una oportunidad para tener una Ciudad mejor gestionadapero, sobre todo, más democrática. Cuando lo mediático condiciona y alejaal ciudadano de a pie, la posibilidad de tener una intermediación políticacercana asume una importancia singular. Buenos Aires puede ser pensadacomo un territorio asible, con autoridades con capacidades políticasoriginadas en el voto popular y no en la delegación de un funcionarionacional o distrital. Asimismo, están pensadas para gestionar mejor y ensintonía fina con la gente; nos proponen un sistema equilibrado,transparente y con pluralidad política. El gobierno del PRO apuestadecididamente a su fracaso. Si la historia institucional de la Ciudad deBuenos Aires tuviera la generosidad de guardarle un lugar a nuestro
Maquiavello de cabotaje, éste no será gratificante para su descendencia.
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